Buscar

Mostrando entradas con la etiqueta Thomas Kuhn. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Thomas Kuhn. Mostrar todas las entradas

Popper, Kuhn y la carga teórica de la observación


Karl Popper

Thomas Kuhn.

Para el filósofo de la ciencia Karl Popper el problema de la justificación de nuestro conocimiento del mundo -de las teorías empíricas- se convierte en el de la justificación de los enunciados básicos.

Ello responde a que una teoría empírica, en la medida que contiene afirmaciones con forma lógica universal, no se puede verificar, y como el filósofo vienés no hallaba justificada tampoco la inducción, rechazaba cualquier criterio de confirmación.

Por esto, el centro de la atención epistemológica reside en los enunciados básicos que pueden refutar por modus tollens una teoría o un complejo y vasto sistema teórico.

Presentada como "solución al problema de la base empírica" la respuesta que ofrece Popper es que un enunciado básico debe aceptarse por convención, que es una decisión racional de científicos con capacidad de evaluar críticamente argumentos y pruebas.

En esto se ve el racionalismo de Popper pero ¿por qué la observación no es suficiente para justificar un enunciado, precisamente, observacional?

Cabe aclarar que los enunciados que Popper denomina "básicos" no son cualquier enunciado de observación, pues excluye enunciados condicionales tales como "si hay un cuervo en el zoológico de Nueva York, entonces hay un cuervo negro en tal zoológico" en beneficio de aquellos cuya forma lógica es existencial singular; enunciados de "hay esto o aquello en tal o cual lugar", según las propias palabras del filósofo.

Pero para el filósofo falsacionista nunca la observación de una pared blanca es suficiente para establecer la verdad del enunciado "esa pared es blanca". Para afirmar esto Popper establece dos vías argumentativas: la denominada tesis de la diferencia categorial entre enuciado y observación y la tesis de la carga teórica de la observación que, si bien relacionadas, son en realidad diferentes.

La tesis de la diferencia de categoría consiste en llamar la atención sobre el hecho de que un enunciado científico es una expresión linguísitica, una oración descriptiva, en tanto que la observación es una vivencia, un contenido o estado mental de una mente individual, algo de naturaleza diferente.

La observación es incontrastable y única, no puede exteriorizarse de una mente, no puede ser juzgada objetivamente, en tanto que el lenguaje es público y objetivo, en el sentido de que es contrastable intersubjetivamente. El proferente o quien escribe el enunciado puede morir y allí quedará la oración para que las demás personas puedan discutir racionalmente sobre ella.

En consecuencia, la diferente categoría de contenidos mentales y oraciones expresadas en el lenguaje natural impide que unos justifiquen otras, en la visión popperiana.

Pero hay otro argumento tanto o más importante desde el punto de vista epistemológico, que es la denominada tesis de la carga teórica de la observación, que establece que toda observación es teórica.

No sostiene Popper que la observación sea "subjetiva" en el sentido de que pudiera existir un relativismo que impidiese conocer objetivamente. Afirma otra cosa: toda observación se realiza a partir del conocimiento teórico previo del observador, de un conjunto de teorías aceptadas que determinan que el acto de observar sea necesariamente una intepretación de cierta parte de la realidad realizada a partir de ese marco teórico.

El observador no es un papel en blanco en el que se refleje de una vez toda la realidad tal como es, con sus características observables, sus conceptos y sus singificados, no es un espejo, sino que cuando, por ejemplo, observamos un auto con personas abordo, necesariamente tenemos que poseer previamente el concepto de auto y el significado del mismo y toda una teoría acerca de qué es cómo funciona, de modo que entendamos, al verlo, que es un coche que se aleja y no otra cosa.

Además, poseemos conocimiento teórico que privilegiamos y contradice lo que podríamos concluir basándonos solamente en lo observado: sabemos que el auto que percibimos a lo lejos de cierto tamaño es en realidad más grande, sabemos que esa pequeña cabeza corresponde a una persona que lo conduce: en fin, mucha teoría previa.

Podría pensarse con algunas reservas que, en cierto sentido, Thomas Kuhn extiende o generaliza esta noción de la carga teórica de la observación pero hacia un tesis semática presente en su idea de inconmensurabilidad entre paradigmas.

Kuhn mantiene algo que se ha denominado tesis de la variación radical del significado. Nótese que es una tesis semántica de la que se sacan conclusiones antagónicas a las de Popper respecto de la posibilidad de conocimiento objetivo, al enmarcarse en teorías filosóficas sobre la ciencia muy diferentes.

Afirma Kuhn que el cambio de paradigma en una ciencia madura conlleva un cambio radical del singificado tanto de términos teóricos (aquellos que designan entidades y procesos inobservables postulados por las teorías) y de los términos observacionales (que designan algo que es más o menos directamente observable). Esto es, el significado de cada término está determinado por el paradigma y el científico normal no puede sustraerse a ello.

Esta visión de Kuhn es complementada con una tesis constructivista de raigambre kantiana según la cual las categorías paradigmáticas son constitutivas -en un sentido que nunca precisó demasiado- de la realidad fenoménica científica, algo que Popper rechazaba como filósofo realista.

Los valores epistémicos y el cambio científico

Los valores epistémicos, en filosofía de la ciencia y epistemología, son aquellos que intervienen en los procesos de decisión relativos a la evaluación de conocimiento. Típicamente, son los que motivan las decisiones relativas a la aceptación o el rechazo de teorías, o sea, a los procesos históricos de cambio teórico. Carl Hempel, en un artículo denominado "La ciencia y los valores humanos" realiza un profundo y rico análisis de los valores epistémicos, señalando que no sólo están presentes como guía en la aceptación o el rechazo de teorías de las ciencias empíricas, sino también en la aceptación de algo como evidencia confirmatoria, indiferente o desconfirmatoria respecto de una hipótesis dada. Pero además Hempel señala que hasta tal punto están involucrados estos valores cognitivos en la actividad científica (entendida en su aspecto racional) que existe aún un acuerdo más de base, compartido por la comunidad científica, según el cual la ciencia aspira a una correspondencia o a un acuerdo entre, por ejemplo, lo que una teoría dice y como es el mundo. Esta cuestión no es trivial, pues si nuestro propósito no fuese cognitivo y sí, por ejemplo, estético o tranquilizador, no habría necesidad de aspirar a tal acuerdo. Otros autores que han analizado el tema de los valores en el cambio científico son Larry Laudan y Thomas Kuhn. Este último, en un artículo publicado en su libro La tensión esencial denominado "Objetividad, valores epistémicos y elección de teoría" señala, entre otras cosas, y contra lo que parecen aseverar otras de sus afirmaciones, que la objetividad del cambio científico, si bien dependiente de decisiones de científicos individuales y cambiante históricamente, está salvaguardada en virtud del carácter universalmente compartido de estos valores que actúan sobre las decisiones individuales como guías no algorítmicas ya que son algo vagos y se superponen unos con otros. El estudio de los valores epistémicos no debe ser confundido con el estudio de los valores a secas en relación con la ciencia, pues aquellos se refieren, como se ha dicho, a los procesos que intervienen en la evaluación del conocimiento, o sea en los procesos o episodios en virtud de los cuales se puede saber que algo constituye conocimiento y no otra cosa.